El presupuesto de cualquier persona o familia consta de dos partes: una son los ingresos, es decir, la cantidad de dinero que se prevé recibir, y la otra son los gastos, la cantidad que se va a gastar. Si hablamos de planificación presupuestaria, lo primero que hay que hacer es estimar los ingresos, porque de ellos depende cuánto se puede gastar.
Secretos de la planificación presupuestaria
No gastes más de lo que ganas
Si la situación es tal que el importe de tus gastos previstos es superior a tus ingresos, puedes pedir un préstamo o un crédito. Pero ten cuidado. No debes incluir préstamos en tu presupuesto si no sabes en qué estado estará tu presupuesto cuando tengas que devolver la deuda. Si, por el contrario, estás seguro de que tus dificultades financieras son temporales y pronto tendrás dinero, entonces eres libre de pedir un préstamo.
No debe depender de ingresos ocasionales
Para no meterte en líos, incluye en tu presupuesto únicamente fondos en forma de ingresos fijos. Puede tratarse de un alquiler, un sueldo, etc. Cuando tengas un ingreso ocasional, es mejor que lo dediques a amortizar tu préstamo actual o que apartes los fondos como ahorro a largo plazo. Si los ingresos puntuales aparecen con regularidad, puedes permitirte gastar el dinero en ocio, en comprar cosas bonitas y en vacaciones.
Determina qué gastos son los más importantes
Para gastar el dinero con prudencia, primero hay que hacer una lista de todos los pagos obligatorios. Incluya primero los más importantes y obligatorios: pago de préstamos, pago de servicios públicos, gastos de comida, ropa, medicinas, etcétera. Si es posible, reserva también algo de dinero para gastos imprevistos. Si no tienes préstamos, incluye los ahorros a largo plazo en tus gastos obligatorios.
Fórmate objetivos a largo plazo
Si has hecho una lista de gastos obligatorios y aún te sobra dinero de tus ingresos, resérvalo para gastos importantes en el futuro. Puede tratarse de comprar un electrodoméstico o un coche nuevos, pagar un viaje o la primera cuota de un préstamo hipotecario, etc. Si hay préstamos, puedes destinar el dinero sobrante a saldar la deuda anticipadamente. Si después de eso aún quedan fondos, destínalos de forma segura a entretenimiento, ocio, viajes a restaurantes, etc.
Sigue siempre un plan
Al principio, puede resultar difícil ceñirse a un plan. Sin embargo, no cambie las partidas de gastos por impulsos repentinos. Por ejemplo, después de gastar dinero este mes en comprar otro bonito vestido o un reloj, será difícil encontrar dinero para pagar la deuda de su préstamo. Intenta que todos tus gastos del mes no varíen.
Lleva un registro de todos tus gastos
Es probable que el importe de los gastos cambie de un mes a otro. Esto se debe a que los precios en las tiendas suben, las necesidades del momento se sustituyen por otras necesidades, es decir, lo que hoy necesitas comprar, dentro de un mes ya no lo necesitarás. Por lo tanto, debe controlar constantemente en qué gasta su presupuesto para darse cuenta a tiempo de cuál de las partidas de gastos se lleva la mayor parte de sus ingresos. Así podrá ajustar sus gastos a tiempo para que su presupuesto no se resienta.